Gracias!

Alegría y dolor. A pesar de todo tengo que decir que mi reloj se paró en los 20, porque fueron los últimos que me viste cumplir… y son esos años los que recordaré siempre, porque ahora tan sólo pasan, como un día más. Es una lástima que hoy no pueda escaparme junto a ti, sentarme a tu lado y que me cuentes todas esas historias, las de siempre, las que echo de menos cada día. Daría todo lo que tengo por un minuto más a tu lado, para ver tu sonrisa, tomar tu mano y poder decirte aquello que no tuve tiempo a decir. Sé que estás aquí, lo notamos todos, pero lloramos porque no te podemos ver, ni tocar… Y duele. Lo siento tan adentro que seguro que te alcanzan estas palabras. Y es que te echo de menos, más de lo que puedo soportar. Y gracias por ese “sueño” que me mandaste, si le podemos llamar así, del que nunca me he atrevido a hablar con nadie o casi nadie. Gracias por demostrarme cada día que la Luna conmigo no tiene nada que hacer, por muy bonita que se ponga, tú eres quien eclipsa mi mirada, tú eres mi cielo

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Smiling!

¿Sabes qué? Me gusta reír, adoro sonreír, mostrar mi sonrisa al mundo. Que sepan que soy feliz, porque sí, yo también tengo problemas, como todos, pero intento que no me afecten por mucho tiempo. 

Me río sola en la calle, unos sonríen amistosamente al verme, otros, piensan que estoy loca. Me da igual. Soy sincera conmigo misma, nunca me engaño, puesto que engañarse no me va a llevar a ninguna salida. Puedo cogerte de la mano y llevarte a donde tú quieras, y sabes que no te vas a arrepentir. Puedo contar el chiste más malo de la historia y hacerte reír. Puedo romper el hielo, o simplemente dejarlo derretir. Puedo ser y hacer muchas cosas, ¿Sabes? Lo que nunca voy a hacer es quedarme de brazos cruzados. Porque el miedo no se vence pensando, si no actuando.