miércoles, 27 de marzo de 2013

El trastorno histriónico de la personalidad

Supongo que es el tiempo quien me lo dijo, en silencio, pero me lo dijo. Sí, fue él. De ése del que hablamos siempre... Fue él quien dijo "eh, tu! te equivocaste! lo ves?"

Lo veo, y con total claridad, todos los errores puestos en fila, todo lo que fuiste, lo que eres y peor aún sigues siendo.

Eres ese alguien que quiere llamar la atención de los demás, de algún modo, que alguien se fije en ti, te mire, te hable, igual que cuando un bebé hace un despliegue de conductas poco usuales y las mantiene durante un tiempo, lo hace porque su sistema de comunicación se pone en “modo crisis” y necesita que algún aspecto de su vida sea atendido. En tu caso, que alguien te haga caso, valga la redundancia. La comparativa a la de un bebé es perfecta.

Atraer la atención de los demás te da una "vidilla" que te hace sentir importante, porque no sólo quieres ganarte a los otros para que se fijen en ti, buscas llamar la atención con tus gestos y forma de vestir inapropiada o bien mostrarte exagerado en tu forma de hablar o en tus historias. Experto en la teatralidad, en la manera de convertir un hecho trivial en un acontecimiento enormemente relevante.

Cuando no tienes nada supongo que quieres aparentar tener el mundo sobres tus pies siempre, sin sentido, sin conseguirlo…

Personalmente a mi esa conducta tuya no me da ni pena… Al contrario, pena me da que los demás la sientan por mí al pensar que tengo que aguantar semejante comportamiento por el hecho que me une, mejor dicho unió, un vínculo diferente a ti.

Pues señores, por mí no sientan pena! Si pongo a remojo los recuerdos que me dejó se quedan flotando… porque no pesan lo más mínimo, quizás pesan un poco más que nada. Y los sustituí todos por otros más nuevos y mejores.



No hay comentarios:

Publicar un comentario