Otra noche encantada. Loca. Atrevida. Ilusionante. Ávida de
olvido. Otra noche veraniega y vacacional. Sola. Como tantas, como siempre.
Otra vez sentada, frente a la luna, viendo las estrellas
brillar. Ellas siempre son tan dulces, y titilan despreocupadas, ¡cómo las
envidio!
Mientras yo, me siento en la arena de esta playa, a escuchar
la melodía sin nombre, sin letra y suena tan repetitiva que no puedo evitar esa
lágrima que se escapa fugaz, se cae, se derrama hasta la comisura del labio…
mientras me ahogo en esa toalla, tan grande, tan ancha, tan vacía… Esa playa
que me alejó tanto de ti, en ese silencio que dolía, mientras me mordía el
labio por no gritar, por no decir todo lo que la rabia me suplicaba que dejase
salir, por contenerme esa ira, la tragedia cometida, el error absurdo… todo
bajo esta mandíbula que se aprieta hasta desencajar, por no poderse expresar.
Ojalá pudiese ponerle nombre a esta cobardía tuya. Pero no
lo tiene. Se me ocurren unos cuantos adjetivos para la acción: drama, teatro,
farándula, pantomima, enredo, entremés, engaño, mentira, patraña, fingimiento…
Sinónimos de FARSA.
En ese teatro traficabas con emociones, sensaciones,
ilusiones ¿a cambio de qué? De un puñado de besos robados, de unos dedos
entrelazados junto a una mano que lleva escrita la palabra fe, de una boca con
sed, de unos ojos que brillaban de esperanza, de un alma inocente acostumbrada
a perder, de una absoluta inseguridad de la que poderte aprovechar…
Las promesas se truncaron, los bailes ya no cuadrarían a
compás, ¡qué frío se levantó en esa playa! En la que jamás apareciste… En esa
despedida premeditada que sólo tu conocías, sin palabras… Conviertes, inviertes,
te diviertes, esa es tu actitud.
Y no me atrevo a soltar el fuego que llevo dentro, el camino de rosas para quien lo sabe y el camino de espinas al que llega tarde. Se me eriza la piel y me hierve la sangre, no hay porqué para ese malestar, esa maldad, esa agonía, el dolor por el dolor… Injustificado, sin pausa, sin fin o peor, sin causa.
Mejor: el silencio, pobre de él, tan usado que queda oxidado
por el tiempo.
~ Dará igual cuántas piedras tenga que
saltar, si las ganas de levantar valen más que el miedo a tropezar
~ Even when I loose I’m winning. All of me - John Legend