sábado, 20 de agosto de 2011

¿Para qué?

Nos empeñamos en buscar la felicidad cada día, y no nos damos cuenta de que es ella quien tiene que encontrarnos. Y eso será donde menos te lo esperas... en el instituto, en el supermercado, en mitad de una vida y cuando llega descubres que ahí no acaba todo, que el final de un camino sólo es el principio de otro, y lo único importante es a la persona que escoges para que camine a tu lado.
Y ya sólo importa el hoy, el presente y lo que queda por venir...
Que va, yo jamás dije que sé distinguir cuando alguien me conviene y cuando no. Jamás dije que las personas a las que me entrego jamás me vayan a fallar.


Sé que la vida da mil vueltas, pero y qué?
Lo sabía.

1 comentario:

  1. La felicidad acaba llamando a nuestra puerta, tarde o temprano. Espero que a la tuya ya haya llamado :D
    Un besoooo!

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