Cuando sabes que nunca pasará, que es imposible, que algo en la mente y un nudo en el estómago no te deja en paz... sabes que él no está y no puedes hacer nada, pero NADA para cambiarlo.
Todo sucedió como quien sabe quiso que así sucediera. Y no hay más. Nada que hablar, nada que hacer, que entender, que juzgar, que reprochar, que explicar... porque no hay nada.
Pero tu te levantas cada mañana y recuerdas. Sus palabras, sus conversaciones, sus gestos, sus besos, sus abrazos, sus sonrisas, las cosas que imaginabas que pasarían a su lado, las veces que te hizo soñar, los escalofríos que invadían tu cuerpo, recuerdas el momento en que sentías morir por pasar unos días más a su lado...
Y no entiendes que cambió, pero algo cambió... algo que hoy te hace estar así. Es esa sensación ininteligible, que ya no hay vuelta atrás y que mejor así, dejarle ir, porque es parte del destino, si se aleja, si tenía que irse, tarde o temprano sería así, tenía que pasar. Y fue, todo llega y todo pasa... fugazmente, como el ser feliz.
Quizá vendrá algún otro, diferente de eso no quepa duda, y estarás a su lado, sí, ya que no puedes estar al lado de él... No pudiste y no podrás. Pero dentro de ti todo estará idealizado...
es bonito qe lo recuerdes de esa manera:) te sigo yo tmbien. un besoo!
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